jueves, 30 de octubre de 2008

HUGO PRATT y CORTO MALTES

Hugo Pratt nació en una aldea cercana a Rímini, pero él se consideraba veneciano, por ser Venecia la ciudad en la que se crió. Sin embargo, posteriormente viajaría por todo el globo. Su madre era de origen judío "marrano" y turco. Su padre, de origen inglés, era soldado y en 1937 su familia se trasladó a Etiopía luego de la ocupación por parte de la Italia de Mussolini. Cuando tenía 14 años su padre le obligó a entrar en la policia colonial. Su padre falleció en 1941 en un combate entre tropas italianas y británicas. Pratt fue confinado en un campo de prisioneros donde comenzó a adquirir historias de los guardias, muchas de las cuales le servirían como materia prima para sus historietas.

Tras la guerra, Pratt asistió a la escuela militar en Città di Castello. Gracias a su dominio de la lengua inglesa en 1944 se convirtió en intérprete para el ejército aliado. Al año siguiente se unió al autodenominado Grupo Venecia y, con personalidades del mundo de la historieta como Alberto Ongaro, Dino Battaglia y Mario Faustinelli, creó la revista Asso di Picche.

En 1949 Pratt se mudó a Buenos Aires, Argentina, donde trabajó como editor para la Editorial Abril. En la revista de aventuras Misterix conoció a artistas argentinos como José Luis Salinas, José Muñoz y Francisco Solano López, pero sobre todo, a la persona que más influiría en su carrera posterior, el inventor del oficio de guionista de historietas, Héctor Germán Oesterheld con quien colaboraría dibujando para él Sargento Kirk, Ticonderoga y Ernie Pike.

Tres mujeres fueron importantes en este período de la vida de Pratt: la yugoslava Gucky Wogerer, con la que se casó en Venecia en 1953 y con la que tuvo dos hijos (Lucas y Marina); Gisela Dester, que fue su asistente y después su compañera, y Anna Frogner, con la que tuvo otros dos hijos, Silvina y Jonás.

Al mismo tiempo que trabajaba para la editorial Frontera de Oesterheld, daba clases, junto con Alberto Breccia, de dibujo en la Escuela Panamericana de Arte.

Entre 1959 y 1960 se mudó a Inglaterra, donde publicó para Fleetway Publications, mientras asistía a clases en la Real Academia de Acuarela.

Como Argentina estaba atravesando un difícil momento económicamente, Pratt volvió a Italia en 1962. Allí trabajó en la revista infantil Il Corriere dei Piccoli. En 1967 comenzó a escribir Corto Maltés, una serie de cómics que tratan sobre las aventuras de un pirata romántico y, a su manera, encantadoramente caballeroso, y que posteriormente darían la fama a su creador. En total realizó 29 historias sobre este personaje.

El éxito de Corto se extendió desde Francia hacia Italia y, poco a poco, otros países.

A partir de los setenta, Pratt llegó a convertirse en una personalidad tan famosa que se realizaron multitud de reportajes televisivos sobre su persona y su obra, Alberto Ongaro lo convirtió en el héroe de una de sus novelas y Milo Manara lo retrató como uno de los protagonistas de su serie H.P. y Giuseppe Bergman.

.

Cuando en 1941, a la edad de 14 años fue internado en un campo de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, ya conocía Etiopía, donde había viajado con sus padres a los 10 años y estaba fascinado por la gran aventura del hombre y su soledad. En mucha de esa soledad tuvo su gran éxito El Sargento Kirk, que nació en "Misterix" y que proyectó su nombre a la celebridad. Vio la guerra; estuvo allí el tiempo suficiente como para que cuando la Cruz Roja Internacional lo devuelve a Italia en 1943, sus cicatrices espirituales necesitaran explicitación.

Terminada la más feroz de las guerras modernas, con Faustinelli y Ongaro (guionista de "Misterix") crea una revista donde dibuja As de Espadas. Naturalmente, como ocurre con todos los genios, conoció el fracaso, se metió a marino y cuando vuelve, reincide con la revista, sin ningún resultado. Entonces, Buenos Aires compra sus historietas y comienza su talentoso destino de creador.

Tal vez fue con el Sargento Kirk que encontró su personaje, su modo y su lenguaje. Venía de hacer Hombre de la Jungla en 1950 y El cacique blanco, un año después. Kirk, debido a la pluma de Héctor G. Oesterheld posibilitó luego otros dos sucesos del mismo guionista, Ernie Pyke y Ticonderoga, ambos a partir de 1957. A esa altura, Hugo Pratt había deslumbrado por su conocimiento de la guerra africana en los años que le tocó mirarla de frente y en el melancólico estilo de ver los desiertos con Maha, el indiecito, el Corto y Kirk. Dirigió luego "Misterix" por un tiempo breve, antes de la desaparición de esa revista, en 1963 y regresó a Italia, desde donde trabajó para Inglaterra y otros países. Había crecido. Tenía un mundo de aventuras y de filosofía ante él. Tal vez la historieta necesitara un soplo mágico, algo casi metafísico para enlazar el eterno espejismo del hombre: su afán de jugar con la muerte y con la vida, conocer sus límites, llegar a tocar el fondo del Absoluto. Así nació esa joya de la historieta mundial que es CORTO MALTÉS.

Hay una suave melancolía en este personaje que brotó del recuerdo de Salgari, de Leslie Charteris, de Joseph Conrad. Es un hombre de hoy, que recorre un mundo que se desmorona, jurando que hace lo mejor. Hay sutileza, ironía, belleza, ternura en su mirada llena de escenarios distantes como Port Said, el Orinoco, las Guayanas, los remotos archipiélagos de Oceanía... Detrás de esa melancolía, la violencia, el tiempo detenido, la desesperación de ser héroes, la importancia de ser hombres. CORTO MALTÉS es la mayor creación de Hugo Pratt, es su concepción final sobre el mundo y su sentido lúdico; es su cálida mirada hacia los años que corren velozmente hasta el 2000. El CORTO es su testimonio vital, su grito de guerra, que llega desde Italia

No hay comentarios: