martes, 16 de febrero de 2010

Los Homunculos

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Los Homúnculos



Homúnculo de Hartsoeker.

El término homúnculo (del latín homunculus, ‘hombrecillo’, a veces escrito homonculus) es el diminutivo de hombre (a menudo despectivo) y se usa frecuentemente para ilustrar el funcionamiento de un sistema. En el sentido científico de un actor primordial incognoscible, puede ser visto como una entidad o agente.

Historia

El término parece haber sido usado por primera vez por el alquimista Paracelso, quien una vez afirmó haber creado un falso ser humano al que se refería como el homúnculo. La criatura no habría medido más de 30 centímetros de alto y hacía el trabajo normalmente asociado con los golems. Sin embargo, tras poco tiempo, el homúnculo se volvía contra su creador y huía. La receta para crearlo consistía en una bolsa de huesos, esperma, fragmentos de piel y pelo de cualquier animal del que el homúnculo sería un híbrido. Todo esto había de enterrarse rodeado de estiércol de caballo durante cuarenta días, tiempo en el cual el embrión estaría formado.

Hay también variantes citadas por otros alquimistas. Una de ellas implicaba usar mandrágora. Las creencias populares sostenían que esta planta crecía donde el semen a veces eyaculado por los ahorcados (durante las últimas convulsiones antes de la muerte) caía al suelo, y sus raíces tiene una forma vagamente parecida hasta cierto punto a un ser humano. La raíz había de ser recogida antes del amanecer de una mañana de viernes por un perro negro, siendo entonces lavada y «alimentada» con leche y miel y, en algunas recetas, sangre, con lo cual se terminaría de desarrollarse en un humano en miniatura que guardaría y protegería a su dueño. Aún un tercer método, citado por el Doctor David Christianus en la Universidad de Giessen durante el siglo XVIII, era tomar un huevo puesto por una gallina negra, practicar un pequeño agujero en la cáscara, reemplazar una porción de clara del tamaño de una alubia por esperma humano, sellar la abertura con pergamino virgen y enterrar el huevo en estiércol el primer día del ciclo lunar de marzo. Tras treinta días surgiría del huevo un humanoide en miniatura que ayudaría y protegería a su creador a cambio de una dieta regular de semillas de lavanda y lombrices.

El término homúnculo fue posteriormente usado en la discusión de la concepción y el nacimiento. En 1694, Nicolas Hartsoeker descubrió «animalúnculos» en el esperma de humanos y otros animales. La escasa resolución de aquellos primeros microscopios hizo parecer que la cabeza del espermatozoide era un hombre completo en miniatura. A raíz de ahí se desataron las teorías que afirmaban que el esperma era de hecho un «hombre pequeño» (homúnculo) que se ponía dentro de una mujer para que creciese hasta ser un niño; éstos llegarían más tarde a ser conocidos como los espermistas. Se pensaba que ya desde Adán estaba enclaustrada toda la humanidad, que se iría transmitiendo a su descendencia. Esta teoría biológica permitía explicar de forma coherente muchos de los misterios de la concepción (por ejemplo, por qué necesita de dos). Sin embargo más tarde se señaló que si el esperma era un homúnculo, idéntico a un adulto en todo salvo en el tamaño, entonces el homúnculo debía tener su propio esperma. Esto llevó a una reducción al absurdo, con una cadena de homúnculos «siempre hacia abajo».

Por su parte Goethe también popularizó el término, ya que denominó homunculus al pequeño ser que creó el antiguo alumno de Fausto; Wagner, mediante operaciones quirúrgicas.

Actualmente el término se usa de determinadas formas para describir sistemas que se cree que funcionan gracias a los «hombrecillos» de su interior. Por ejemplo, el homúnculo sigue siendo una de las principales teorías sobre el origen de la consciencia, que afirma que es una parte (o proceso) del cerebro cuyo cometido es ser «tú». El homúnculo se cita con frecuencia también en la cibernética, por razones similares.

Los homúnculos sensorial y motor

El término homúnculo se usa también comúnmente para describir una figura humana distorsionada dibujada para reflejar el espacio sensorial relativo que nuestras partes corporales representan en la corteza cerebral. Los labios, manos, pies y órganos sexuales son considerablemente más sensibles que otras partes del cuerpo, por lo que el homúnculo tiene labios, manos y genitales extremadamente grandes.

El Dr. Wilder Penfield usaba una imagen parecida para representar el cuerpo según la superficie del córtex motor que las controlaba en movimiento voluntario. A veces visto como un mapa cerebral del cuerpo, el homúnculo motor es en realidad un mapa de la asociación proporcional del córtex con los miembros del cuerpo. También refleja la propiocepción cinestésica, es decir, cómo se siente el cuerpo al moverse. Desempeña un papel principal en el fenómeno de los miembros fantasmas y su opuesto, la desaparición de miembros corporales de la percepción consciente presente en ciertas lesiones cerebrales. Por ejemplo el pulgar, que se usa en miles de actividades complejas, aparece mucho más grande que el muslo, que tiene un movimiento relativamente simple. El homúnculo motor evoluciona con la edad y difiere de una persona a otra. La mano en el cerebro de un infante es diferente a la mano en el cerebro de un pianista. Este tipo de diferencias está abierto a introspección. Probablemente puedas flexionar y extender sólo la punta de tu pulgar a voluntad. La mayoría de la gente puede hacer esto con bastante facilidad, pero relativamente poca gente puede hacer movimientos análogos con el resto de los dedos. La diferencia se debe a las variaciones en la organización funcional de las áreas del cerebro relacionadas.

Véase también: Homúnculo cortical

El razonamiento del homúnculo en la filosofía de la mente

En la medida que el razonamiento del homúnculo explica un fenómeno en términos del propio fenómeno que se supone que explica (Richard Gregory, 1987) cae con frecuencia en el paralogismo y en el dialelo. Aunque no todas las teorías que recurren a homúnculos merecen ser rechazadas, generalmente los razonamientos del homúnculo suelen ser falaces, sobre todo si se les atribuye a los hombrecillos la realización de tareas complejas. En la psicología y la filosofía de la mente los razonamientos del homúnculo son extremadamente útiles para detectar los puntos en los que las teorías sobre la mente fallan o son incompletas.

Los razonamientos del homúnculo son frecuentes en la teoría de la visión. Considere a una persona viendo una película. Ésta ve las imágenes como algo ajeno a ella, proyectado en una pantalla. ¿Cómo puede ocurrir esto? Una teoría simple podría proponer que la luz de la pantalla forma una imagen en las retinas de los ojos y que algo en el cerebro la ve como si estuviesen en la pantalla. El razonamiento del homúnculo indica que esto no es una explicación completa porque todo lo que propone es situar a una nueva persona u homúnculo detrás del ojo, mirando a la retina. Una teoría más sofisticada podría proponer que las imágenes en las retinas son transmitidas al córtex visual donde son procesadas. De nuevo, esto no puede ser una explicación completa porque todo lo que propone es situar al homúnculo en el cerebro, tras el córtex. En la teoría de la visión el razonamiento del homúnculo invalida las teorías que no explican la «proyección», la experiencia que separa el punto de vista de las cosas que se ven. (Adaptado de Gregory, 1987/1990.)

Un razonamiento del homúnculo debe formularse de tal forma que la conclusión sea siempre que si se necesita un homúnculo, entonces la teoría está equivocada. Al fin y al cabo, los homúnculos no existen.

Muy pocas personas propondrían que realmente hay un hombrecillo en el cerebro examinando la actividad cerebral. Sin embargo, estas propuestas se han hecho, como en las teorías del «hombre de paja» sobre la mente. Gilbert Ryle (1949) propuso que la mente humana se reconoce por sus actos inteligentes (véase la regresión de Ryle). Ryle arguyó que si hay un ser interior dentro del cerebro que dirigiera sus propios pensamientos entonces esto llevaría a un ciclo repetitivo absurdo o regresión antes de que un pensamiento pudiera darse:

Según la leyenda, cada vez que un agente hace algo inteligente, su acto va precedido y es dirigido por otro acto interno de considerar una proposición regulativa apropiada a su problema práctico.
[...] Debemos afirmar entonces que para las reflexiones [del agente] sobre cómo actuar inteligentemente, ¿éste debe primero reflexionar sobre cómo reflexionar correctamente sobre cómo actuar? La infinitud de esta regresión implícita muestra que la aplicación de la adecuabilidad no supone la ocurrencia de un proceso de contemplación de este criterio.

El razonamiento del homúnculo y el argumento de la regresión suelen ser considerados iguales pero no es así. El razonamiento del homúnculo afirma que si se necesita un hombrecillo para completar una teoría entonces ésta es errónea. El argumento de la regresión afirma que un agente inteligente necesitaría pensar antes de poder tener un pensamiento.

Si el razonamiento del homúnculo se aplica al problema del agente inteligente se obtiene un resultado sutilmente diferente del argumento de la regresión. El razonamiento del homúnculo aplicado a la teoría de Ryle sería expresado en términos de si la cualidad mental de «reflexionar sobre cosas internamente» puede ser explicada por la teoría de que la mente consiste en «actos inteligentes» sin la necesidad de un homúnculo. La respuesta, proporcionada por la propia lógica de Ryle, es que la reflexión interna necesitaría al homúnculo para evitar que se convirtiera en una regresión infinita. Por tanto con estas suposiciones el razonamiento del homúnculo no apoya la teoría de que la mente se deba completamente a los actos inteligentes.

El ejemplo de la teoría de Ryle demuestra otro aspecto del razonamiento del homúnculo en el que es posible atribuir a la mente diversas propiedades tales como una «reflexión interna» que no son universalmente aceptadas y usarlas argumentativamente para declarar que una teoría sobre la mente no es válida.

Referencias culturales

Literatura

Los homúnculos aparecen en la literatura durante varios siglos:

  • En La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy de Laurence Sterne (volumen I, capítulo II) hay una referencia al homúnculo: «[...] los espíritus animales, cuya responsabilidad era escoltar e ir mano a mano con el homúnculo y guiarlo seguro hasta el lugar designado para su recepción.»
  • En El péndulo de Foucault de Umberto Eco hay varias referencias a los homúnculos, especialmente detalladas en el capítulo que trata sobre los ritos druídicos llevados a cabo en una fiesta en el castillo de un rico rosacruciano. Tras efectuar una serie de actos ocultos sensualmente estimulantes para una pequeña audiencia, varios homúnculos parecen ser creados, siendo incapaz de decidir el protagonista Casaubon si son de cera o auténticos.
  • En la segunda parte de Fausto, el dramaturgo alemán Goethe hace que el famoso mago cree un homúnculo, quien mantiene entonces largas convesaciones con su creador y con Mefistófeles.
  • En su estudio original sobre la novela de la inglesa Mary Shelley Frankenstein, el Profesor Radu Florescu señala que el padre de Shelley, William Godwin, y su marido, Percy Bysshe Shelley, estaban bastante familiarizado con la vida y obra de alquimistas como Paracelso y otros. Florescu también sugiere que Konrad Dippel, un alquimista nacido en el Castillo Frankenstein de quien cree que puede haber sido la inspiración para el Doctor Frankenstein, fue un estudiante del Doctor David Christianus.
  • El escritor alemán de terror Hanns Heinz Ewers usó la receta de la mandrágora para crear un homúnculo como inspiración para su novela de 1911 Alraune, en la que una prostituta queda embarazada del semen de un asesino ahorcado para crear una mujer desprovista de moral y conciencia. Se ha hecho varias adaptaciones cinematográficas de Alraune a lo largo de los años, siendo la más reciente de Erich von Stroheim en 1952. La película de 1995 Species también parece inspirarse en parte en esta variante de la leyenda del homúnculo.
  • En la obra de 1908 del novelista inglés W. Somerset Maugham El mago, Oliver Haddo, un personaje basado en el ocultista británico Aleister Crowley, está obsesionado con la creación del homúnculo.
  • El autor estadounidense David H. Kellner escribió dos obras en la que aparecen homúnculos. Una era una historia corta, Un homúnculo del siglo XX, publicada en Amazing Stories en 1930, que describía la creación de homúnculos a escala industrial por parte de una pareja de misóginos. En la otra, una novela titulada El homúnculo, publicada en 1949 por Prime Press de Filadelfia, el coronel retirado Horatio Bumble creaba dicho ser.

Cine y televisión

  • El homúnculo también ha sido un tema popular en las películas desde hace tiempo, empezando con la serie alemana de 1916 de seis episodios Homunculus.
  • En la película de terror clásica La novia de Frankenstein el viejo profesor del Doctor Frankenstein, el Doctor Praetorius, le enseña sus propias creaciones, una serie de diminutos humanoides conservados en tarros, incluyendo un obispo, un rey, una reina, una bailarina, una sirena y un diablo. Se da claramente a entender que éstos son tipos de homúnculos, basados en las criaturas descritas en Esfinge de Emil Besitzny y en Vida de Paracelso de Franz Hartmann.
  • En la película estadounidense El viaje fantástico de Simbad (1974) el homúnculo es retratado como una criatura alada en miniatura parecida a una gárgola, que resulta ser la némesis de Simbad.
  • En diversas obras de fantasía y ciencia ficción, el término «homúnculo» describe a cualquier humano o criatura humana o humanoide creada por el hombre mediante alquimia o magia.
  • En la historia de Full Metal Alchemist,en su versión anime, un homúnculo es el resultado de una transmutación humana fallida (intentar revivir a un muerto sin éxito). En el manga son seres creados desde cero usando La Piedra Filosofal.
  • En un episodio de Humanoid Monster Bem, aparecen dos homúnculos que a los 5 años de vida mueren. También, en éste anime se menciona que los 3 monstruos fueron creados con alquimia
  • También en la serie de televisión Los padrinos mágicos(The Fairly OddParents)aparecen una serie de hombrecitos pequeños que supuestamente controlan el cerebro y los sentimientos humanos.
  • En la serie de televisión "The Big Bang Theory", Sheldon llama a Leonard homúnculo.

Videojuegos

  • El personaje A.B.A de la serie de juegos de lucha Guilty Gear es considerada un homúnculo, pues fue una forma de vida artificial creada por un científico.

Véase también

Referencias

  • Florescu, Radu (1975): In Search of Frankenstein. Warner Books, Nueva York.
  • Gregory, R.L. (1990): Eye and Brain: The Psychology of Seeing. Oxford University Press Inc., Nueva York.
  • Gregory, R.L. (1987): The Oxford Companion to Mind. Oxford University Press.
  • Maconius, S. (1980): Lore of the Homunculus. N.p.: Red Lion Publications.
  • Ryle, G. (1949): The Concept of Mind. The University of Chicago Press.
  • Waite, A. E., editor (1967): The Hermetic and Alchemical Writings of Paracelsus the Great. New Hyde Park, Nueva York: University Books (2 tomos).


ATHANASIUS KIRCHER

Atanasio Kircher
Athanasius Kircher.jpg
Pintura de Athanasius Kircher (1602-1680) realizada por Cornelius Bloemart (1603-1680) e incluida en su obra de 1664 Mundus Subterraneus
Nacimiento 2 de mayo de 1601 o 1602
Geisa, Abadía de Fulda, Alemania
Fallecimiento 27 o 28 de noviembre de 1680
Roma
Nacionalidad Alemana

Athanasius Kircher (n. 2 de mayo de 1601 o 1602, en Geisa, Abadía de Fulda, Alemania - † 27 o 28 de noviembre de 1680, en Roma) fue sacerdote jesuita, políglota, erudito, estudioso orientalista, de espíritu enciclopédico y uno de los científicos más importantes de la época barroca.

Formación

Era hijo del filósofo Johannes Kircher, un doctor en teología por la Universidad de Maguncia que no llegó a ordenarse. Johannes hizo que sus seis hijos (tres varones y tres mujeres) ingresaran en diversas órdenes religiosas porque la familia era demasiado pobre como para costearles los estudios. Inteligente y capaz, Athanasius desarrolló una impresioante carrera intelectual mientras le rodeaba el convulso ambiente de la Guerra de los Treinta Años. Empezó estudiando humanidades en el colegio jesuita de Fulda e ingresó a los dieciséis años, el 2 de octubre de 1618, en el seminario jesuita de Paderborn, destacando en ciencias naturales y lenguas clásicas; en 1628 fue ordenado sacerdote de la Compañía de Jesús; allí fue donde aprendió griego y hebreo a la perfección y profundizó sus estudios de humanidades, ciencias naturales y matemáticas, complementándolos con filosofía en Colonia.

En 1623, en Coblenza, enseñó griego, mientras que alcanzó lo que hoy llamaríamos un posgrado en lenguas en Heiligenstadt: al tiempo de ordenarse sacerdote se había doctorado ya en Teología. Viajó por Europa hasta instalarse en Roma (1635), de la que ya no se movería hasta su muerte, con la excepción de un importante viaje a Nápoles, Sicilia y Malta a fin de estudiar el vulcanismo. En 1638 estudió el Estrecho de Mesina, donde atrajo su atención el ruido subterráneo. En Trapani y Palermo estudió los fósiles de "elefantes antediluvianos" o mamuts. Estudió las erupciones del Etna y del Stromboli y la terrible erupción del Vesubio en 1630 y cuando preparaba su vuelta a Nápoles le sorprendió el terrible terremoto que destruyó la ciudad de Euphemia. Como el mismísimo Plinio el Viejo el año 79 d. C., descendió con una cuerda al cráter del Vesubio para determinar las dimensiones exactas del mismo y su estructura interna. Todos estos trabajos dieron lugar a su obra El mundo subterráneo (1664 - 1665). Además del vulcanismo, investigó el magnetismo, la luz y los fenómenos a ellos asociados (la piedra imán, el ojo, la óptica, las lentes, los espejos, la refracción, la linterna mágica...) Inventó el modelo que se considera más perfecto de esta última máquina, así como el arpa eolia, un instrumento musical de cuerda que sonaba solo con el paso de las corrientes de aire. Consiste en una caja de resonancia rectangular, larga y angosta sobre la cual se extienden doce cuerdas de nylon para guitarra (cuatro de la nota sol, cuatro de la nota si y cuatro de la nota mi). Se fijan a clavos sin cabeza en un extremo y a pasadores de afinamiento en el otro y se sitúa en una ventana para que al fluir una corriente de aire fuerte sobre las cuerdas produzca un sonido etéreo que varía sus tonos musicales con la intensidad del viento, a la manera del rey David, quien situaba el arpa a la cabecera de su cama para obtener este resultado.

Sus investigaciones científicas

Kircherears.jpg

Aficionado a la ciencia, inventor y coleccionista se le considera un erudito en diversos campos del saber en los que publicó diversos tratados: el estudio del chino, la escritura universal (Novum hoc inventum quo omnia mundi idiomata ad unum reducuntur, 1660) o el arte de cómo pensar. Una de sus invenciones fue la máquina de movimiento perpetuo, la cual por medio de imanes conseguía el movimiento eterno de una flecha de hierro situada en el centro del artefacto.

Destacó por su estudio sobre la lengua copta y su aplicación al desciframiento de los jeroglíficos egipcios, campo en el que pese a que se le consideraba un experto no logró ningún resultado válido.

Su fama como "experto" en jeroglíficos movería a uno de los primeros propietarios del Manuscrito Voynich, Georgius Barschius, a pensar en él como el único capaz de interpretar sus extraños caracteres: le escribió una carta, en 1637, en la que le pedía estudiara el texto y tratara de hallar una solución al problema; esta primera carta se ha perdido pero no parece que Kircher le haya dado ninguna importancia u obtenido algún resultado digno de mención.

Aún esperanzado en que podría interesarle el tema, Baresch volvió a escribir al erudito dos años más tarde: esta segunda carta (1639) reitera el pedido de que se ocupara del manuscrito, que él le remitiría aprovechando el viaje de algunos religiosos amigos de Baresch desde Praga hasta Roma (donde estaba Kircher); tampoco hubo respuesta a este segundo llamamiento.

Años más tarde Johannes Marcus Marci (1665 ó 1666) le remitió el Manuscrito Voynich, para que intentase descifrarlo, junto con una carta en la que le explicaba su oscuro origen y decía, de paso, que parecía haber sido escrito por Roger Bacon: no consta que obtuviese resultado alguno en esta tarea por lo que depositó el manuscrito en la biblioteca jesuita de donde pasó (años más tarde) a la Biblioteca Vaticana y desde de la cual, en la década de 1870, se trasladó a la de Villa Mondragone, cerca de Frascati, en donde lo encontró y compró Voynich en 1912.

En su obra del año 1671 Ars magna lucis et umbrae describe varios artilugios relacionados con la luz y las sombras, entre ellos varios diseños fantásticos de Relojes solares. Es una de las muchas contribuciones del siglo XVII a la Gnomónica.

Obra

Musurgia universalis (1650).

La obra escrita de A. Kircher es muy prolífica y consta de 44 Volúmenes. Algunos de ellos se pueden ver en esta lista ordenada cronológicamente:

  • 1631 Ars Magnesia
  • 1635 Primitiae gnomoniciae catroptricae
  • 1636 Prodromus Coptus sive Ægyptiacus
  • 1637 Specula Melitensis encyclica, hoc est syntagma novum instrumentorum physico- mathematicorum
  • 1641 Magnes sive de arte magnética
  • 1643 Lingua Ægyptiaca restituta
  • 16451646 Ars Magna Lucis et umbrae in mundo
  • 1650 Obeliscus Pamphilius
  • 1650 Musurgia universalis, sive ars magna consoni et dissoni
  • 16521655 Œdipus Ægyptiacus
  • 1656 Itinerarium extaticum s. opificium coeleste
  • 1657 Iter extaticum secundum, mundi subterranei prodromus
  • 1658 Scrutinium Physico-Medicum Contagiosae Luis, quae dicitur Pestis
  • 1660 Pantometrum Kircherianum... explicatum a G. Schotto
  • 1661 Diatribe de prodigiosis crucibus
  • 1663 Polygraphia, seu artificium linguarium quo cum omnibus mundi populis poterit quis respondere
  • 16641678 Mundus subterraneus, quo universae denique naturae divitiae
  • 1665 Historia Eustachio-Mariana
  • 1665 Arithmologia sive de abditis Numerorum mysteriis
  • 1666 Obelisci Ægyptiaci... interpretatio hieroglyphica
  • 1667 China Monumentis, qua sacris qua profanis
  • 1667 Magneticum naturae regnum sive disceptatio physiologica
  • 1668 Organum mathematicum
  • 1669 Principis Cristiani archetypon politicum
  • 1669 Latium
  • 1669 Ars magna sciendi sive combinatorica
  • 1670 La Chine [...] illustrée de plusieurs monuments tant sacrés que profanes [...]
  • 1671 Ars magna lucis et umbrae
  • 1673 Phonurgia nova, sive conjugium mechanico-physicum artis & natvrae paranympha phonosophia concinnatum
  • 1675 Arca Noë
  • 1676 Sphinx mystagoga
  • 1676 Obelisci Ægyptiaci
  • 1679 Musaeum Collegii Romani Societatis Jesu
  • 1679 Turris Babel sive Archontologia
  • 1679 Tariffa Kircheriana sive mensa Pathagorica expansa
  • 1680 Physiologia Kicheriana experimentalis

Referencias

  • Breve ensayo sobre el Manuscrito Voynich. Francisco Violat Bordonau, Ed. Asesores Astronómicos Cacereños, Cáceres, 2005 (disponible en Internet, Web Casanchi: Matemáticas/Criptografía).
  • Sobre el posible autor del Manuscrito Voynich. Francisco Violat Bordonau, Ed. Asesores Astronómicos Cacereños, Cáceres, 2005 (disponible en Internet, Web Casanchi: Matemáticas/Criptografía).
  • El ABC del Manuscrito Voynich. Francisco Violat Bordonau, Ed. Asesores Astronómicos Cacereños, Cáceres, 2006.
  • L'autobiographie d'Athanasius Kircher. L'écriture d'un jésuite entre vérité et invention au seuil de l'œuvre. Introduction et traduction française et italienne, Giunia Totaro, Bern: Peter Lang 2009, p. 430 ISBN 978-3-03911-793-2.

sábado, 6 de febrero de 2010

H-P-LOVECRAFT

Howard Phillips Lovecraft


Howard Phillips Lovecraft
Nombre Howard Phillips Lovecraft
Nacimiento 20 de agosto de 1890
Providence (Rhode Island), Estados Unidos
Defunción 15 de marzo de 1937
Providence (Rhode Island), Estados Unidos
Ocupación Escritor
Nacionalidad estadounidense
Período 1917-1937
Género Terror, Ciencia ficción
Movimientos Terror Cósmico Materialista, Círculo de Lovecraft

Howard Phillips Lovecraft (Providence, Estados Unidos, 20 de agosto de 1890 – ibídem, 15 de marzo de 1937) fue un escritor estadounidense, autor de novelas y relatos de terror y ciencia ficción. Se le considera un gran innovador del cuento de terror, al que aportó una mitología propia (los mitos de Cthulhu), desarrollada en colaboración con otros autores y aún vigente. Su obra constituye un clásico del terror cósmico materialista, una corriente que se aparta de la temática tradicional del terror sobrenatural (satanismo, fantasmas), incorporando elementos de ciencia ficción (razas alienígenas, viajes en el tiempo, existencia de otras dimensiones). Cultivó también la poesía, el ensayo y la literatura epistolar.


Biografía

Primeros años

Lovecraft con aproximadamente nueve años de edad.

H. P. Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890 a las 9 de la mañana en el hogar familiar situado en el Nº 194 (hoy 454) de Angell Street, en Providence, capital del estado de Rhode Island, el más pequeño de los Estados Unidos de América y uno de los seis que componen la región de Nueva Inglaterra. La casa fue derribada en 1961.

Howard Phillips Lovecraft era el hijo único de Winfield Scott Lovecraft (1853-1898) - representante de ventas de la Gorham Silver Company, dedicada al comercio de la plata, metales preciosos y joyería - y de Sarah Susan Phillips Lovecraft (1857-1921), la segunda de cuatro hijos de Whipple Van Buren Phillips y Rhoby Alzada Place. Para ambos fue su primer matrimonio, ya habiendo cumplido los 30 años.

Lovecraft procedía de unos ancestros distinguidos: en cuanto a su línea materna, los Phillips, se podría rastrear su linaje casi hasta el "Mayflower", ya que los antepasados de su madre se podrían rastrear hasta la llegada de George Phillips a Massachusetts en 1630. Cuando Lovecraft visitó algunas de las tierras de sus antepasados al este del estado de Rhode Island, el nombre de Phillips era recordado con cariño y respeto (ver "Selected Letters" 2,81f.); su línea paterna era de origen británico y Lovecraft pudo rastrear su apellido (Lovecraft o Lovecroft) hasta el siglo XV.

A Howard, el pequeño Lovecraft, le gustaba frecuentar parajes extraños y apartados para poder dar rienda suelta a su desbordante imaginación. En esos sitios (cuevas, arboledas alejadas, etc.) recreaba situaciones históricas o se ensimismaba en la observación de pequeños detalles que, para el resto de las personas, pasaban inadvertidos, pero que a Lovecraft le fascinaban; como detenerse a escuchar a las hadas del bosque, o imaginar lo que podría existir en el espacio exterior. Quizás una de las razones por las que le gustaba tanto evadirse era por la estricta atadura a la que lo sometía su madre, diciéndole que él no debía jugar con niños de menor categoría, o insistiendo en que era feo y que nunca llegaría a triunfar.

Cuando Lovecraft tenía tres años, su padre sufrió una crisis nerviosa en la habitación de un hotel de Chicago, donde se encontraba alojado por motivos de trabajo, y le ingresaron en el Butler Hospital, Centro Psiquiátrico de Providence y fue incapacitado legalmente debido a una serie de trastornos de índole neurológica. A partir de ese momento y durante los siguientes cinco años, estuvo ingresado en varias ocasiones en este hospital, donde murió el 19 de julio de 1898 con el diagnóstico de paresia general, una fase terminal de la neurosífilis. Aunque algunos biógrafos afirman que al niño Lovecraft le informaron de que su padre estaba paralizado y en estado comatoso durante ese período, todas las evidencias parecen demostrar que no fue así.

Con la muerte del padre de Lovecraft, la educación del niño recayó sobre su madre, sus dos tías (Lillian Delora Phillips y Annie Emeline Phillips) y en especial en su abuelo materno, un importante empresario llamado Whipple Van Buren Phillips. Todos residían en la casa familiar.

Lovecraft fue un niño prodigio: recitaba poesía a los dos años, leía a los tres y empezó a escribir a los seis o siete años de edad. Uno de los géneros que más le apasionó en su infancia fue el de las novelas policíacas, llevándolo incluso a formar la "Agencia de detectives de Providence" a la edad de 13 años. A los quince creó su primera obra, La bestia en la cueva, imitación de los cuentos de horror góticos. A los 16 escribía una columna de astronomía para el "Providence Tribune".

Su abuelo materno lo alentaba a la lectura, y siendo ésta una de sus aficiones favoritas, no tardó en descubrir la inmensa biblioteca de su abuelo. En ella descubrió (con un ejemplar de La Ilíada para niños entre las manos) el paganismo grecolatino y Las mil y una noches, a una edad muy temprana, aunque posteriormente (a los cinco años) se declaró ateo, convicción que mantuvo hasta su muerte. Esto ayudó a que su imaginación se desarrollase rápidamente en comparación con el resto de los chicos de su edad, produciéndole una falta de adaptación con éstos. Cuando ellos querían jugar con espadas o a juegos fundamentalmente físicos, él prefería llevar a cabo entretenimientos más pausados e imaginativos, como representaciones históricas.

Debido a su falta de perseverancia y de salud, no asistió al colegio hasta los ocho años y tuvo que dejarlo después de un año. Durante su absentismo escolar, leía con voracidad. Adquirió conocimientos de química y astronomía, llegando incluso a escribir en algunas revistas científicas. Publicó varias revistas de circulación limitada, comenzando en 1899 con La Gaceta Científica. Cuatro años después, regresó a la escuela pública "Hope Street High School", donde cursó dos años y medio en la educación secundaria, hasta que abandonó definitivamente los estudios.

Phillips Whipple, abuelo de Lovecraft.

En 1904, fallece su abuelo materno, Phillips Whipple Van Buren, afectando sobremanera al joven Lovecraft, de 14 años de edad. La mala gestión de las propiedades y del dinero familiar dejó a su familia en tan malas condiciones económicas que se vieron obligados a mudarse al número 598 (hoy un dúplex en 598-600) de Angell Street. Lovecraft quedó tan afectado por la pérdida de su abuelo y la casa que le vio nacer, que consideró el suicidio durante un tiempo. En 1908, antes de su graduación, sufrió un colapso nervioso y no recibió su diploma. S. T. Joshi, biógrafo de Lovecraft, sugiere que este colapso pudo deberse a sus dificultades con las matemáticas, una materia que necesitaba dominar para convertirse en astrónomo profesional. Este fracaso en su educación (él quería estudiar en la Universidad de Brown) fue una fuente de desilusión y vergüenza hasta el final de sus días.

Aunque su mentalidad respondía a un racionalismo empirista, a Lovecraft le atraía la literatura imaginativa, seguramente influido por su escepticismo; encerrado en el pesimismo de la soledad y considerando que «el pensamiento humano es el espectáculo más divertido y más desalentador de la Tierra».

Lovecraft escribió algunos relatos de ficción, pero desde 1908 hasta 1913, principalmente trató la poesía, mientras vivía como un ermitaño y teniendo apenas contacto con el mundo exterior, a excepción de su madre. Esta situación cambió al escribir una carta a la revista Argosy, quejándose sobre lo insípido de las historias de amor de uno de los escritores más populares de la publicación, Fred Jackson. El debate entre los defensores de Jackson y Lovecraft en la columna de opinión llamó la atención de Edward F. Daas, presidente de la UAPA, que invitó a Lovecraft a unirse a ellos en 1914. La UAPA infundió un nuevo vigor a Lovecraft y le incitó a contribuir con sus poemas y ensayos. Un tiempo después, se convirtió en presidente de la UAPA, e incluso llegó a ser presidente de la NAPA, la rival de la UAPA. En 1917, a petición de algunos amigos, volvió a la ficción con historias mucho más pulidas, como La tumba y Dagon. Ésta última fue su primer trabajo publicado de forma profesional, apareciendo en Weird Tales en 1923. Sobre esta época, comenzó a formarse una enorme red de admiradores, entre los que se encontraban Robert Bloch, Clark Ashton Smith y Robert E. Howard, creador este último de Conan el Bárbaro. La extensión y frecuencia de sus cartas, le harían uno de los más grandes escritores de su siglo.[cita requerida]

A diferencia de los mínimos efectos producidos en el niño Lovecraft por la muerte de su padre, en 1921 tuvo lugar la muerte de su madre, que le supuso una fuerte conmoción. Ocurrió después de una larga enfermedad, que algunos biógrafos suelen relacionar con la sífilis de su padre, aunque en cualquier caso la realidad es que la causa inmediata de la muerte fue un post-operatorio deficiente después de una intervención quirúrgica de vesícula biliar. Fue ingresada en el Butler Hospital, como su marido antes que ella. Durante su ingreso, escribía frecuentemente cartas a Lovecraft, y permanecieron muy unidos hasta su muerte el 21 de mayo de 1921. Lovecraft contaba con 31 años de edad.

Muchos críticos consideran a la madre de Lovecraft la causante de todos los comportamientos peculiares y un tanto extravagantes que Lovecraft mostró durante su existencia. Parece ser que después de la muerte de Winfield (su marido), Sarah descargó todas las frustraciones de una burguesa venida a menos sobre su único hijo, sobreprotegiéndolo hasta límites demenciales y tratándole como si fuera su único bien en la tierra, favoreciendo así el desarrollo de unas determinadas características de personalidad, comunes en estos casos, que condicionarían su patrón conductual mientras vivió; entre otros aspectos destacados, prefiriendo las relaciones humanas con su pequeño entorno que le ofrecía una mayor seguridad antes que con un entorno social más amplio y desconocido que no controlaba debido a ese déficit en habilidades sociales óptimas por falta de aprendizajes adecuados en su infancia y adolescencia.

Boda y Nueva York

Lovecraft y su esposa, Sonia Greene

La muerte de su madre y la pérdida de la riqueza familiar en 1921, le llevaron a abandonar la idea de llevar una vida dedicada a la escritura, obligándolo a trabajar en pequeños encargos, que en la mayoría de las situaciones consistirían en retocar escritos de otros autores, menos dotados para la escritura que él. Gracias a este tipo de trabajos conoció a muchos de los que después formarían el llamado "Círculo de Lovecraft",[1] entre ellos Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, Robert Bloch, Frank Belknap Long, August Derleth y otros más. Para estos escritores y "amigos", Lovecraft presentaba una gran diferencia entre su personalidad a través de las cartas, frente a su forma de ser en persona. Lo definían como entusiasta y generoso, creativo y prodigio de inteligencia... pero también con una faceta racista que no abandonó hasta los últimos meses de su vida.

Unas semanas después de la muerte de su madre, Lovecraft acudió a una convención de periodistas aficionados en Boston, donde conoció a Sonia Greene. Nacida en 1883, tenía ancestros judíos procedentes de Ucrania y era siete años mayor que Lovecraft. Se casaron en 1924, y se mudaron al municipio de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York. Las tías de Lovecraft no vieron con buenos ojos esta boda, ya que Sonia era comerciante, propietaria de una tienda de sombreros y empleada en la United Amateur Press Association. Inicialmente Lovecraft quedó embelesado con Nueva York, pero pronto la pareja se vio inmersa en dificultades económicas. Sonia perdió su tienda y su salud comenzó a empeorar. Lovecraft no pudo encontrar un trabajo, por lo que su esposa se mudó a Cleveland para buscar empleo y Lovecraft se quedó en el barrio Red Hook de Brooklyn, donde comenzó a sentir una profunda aversión por la vida neoyorkina.[2] En efecto, la desalentadora realidad sobre la imposibilidad de mantener un trabajo en un lugar cuya población mayoritaría era inmigrante, entraba en un irreconciliable conflicto con la opinión sobre sí mismo, de ser un privilegiado anglosajón, por lo que su racismo galvanizó hasta el punto del miedo.[3]

En 1926, Sonia y Lovecraft, todavía viviendo de forma separada, acordaron un divorcio amigable, donde Lovecraft alegó "las grandes divergencias entre ambos y los problemas económicos", aunque nunca se llevó a cabo. Debido al fracaso de su matrimonio, algunos biógrafos han especulado con la posibilidad que Lovecraft fuera asexual, aunque Sonia dijera de él que era un "adecuado y excelente amante"[1].

Regreso a Providence

De vuelta a Providence el 17 de abril de 1927, convivió con sus tías durante los años siguientes, en una "espaciosa y marrón casa de madera victoriana" en la calle Barnes número 10 (la dirección del Dr. Willett en El caso de Charles Dexter Ward) hasta 1933. Allí es en donde se ve superado por la sensación de fracaso que lo rodea, abandonándose a la soledad y la frustración. En esta época disfruta de paseos nocturnos, que repercuten en su hundimiento personal, y crean una esfera invisible de miedos que nunca le permitirán recuperarse, aunque de forma paralela, contribuyen a su máximo esplendor literario. En estos fructíferos años escribe la gran mayoría de sus obras más conocidas, como La llamada de Cthulhu en 1926, En las montañas de la locura en 1931 o El caso de Charles Dexter Ward, principalmente publicadas en la revista Weird Tales.

En estos mismos años visitó a varios anticuarios residentes en Quebec, Nueva Inglaterra, Filadelfia y otros lugares, y siguió manteniendo su enorme correspondencia. Supervisó las carreras y cultivó su amistad con muchos escritores jóvenes, como August Derleth, Donald Wandrei, Robert Bloch y muchos otros, y mostró preocupación con las condiciones políticas y económicas del país. En la gran depresión, mostró su apoyo a Roosevelt y se convirtió en un socialista moderado, mientras continuó estudiando una gran variedad de temas, desde filosofía a literatura o historia de la arquitectura.

Los últimos dos o tres años de su vida fueron muy apurados. A pesar del duro trabajo y de sus esfuerzos como escritor, la pobreza en la que vivía aumentó. En 1932, su querida tía, la señora Clark, murió, y se vio obligado a mudarse a una pequeña y exigua habitación de alquiler con su otra tía, la señora Gamwell en 1933, situada en la calle College 66, detrás de la biblioteca John Hay (La dirección actual de esta casa es "65 Prospect Street"). Además, su íntimo amigo Robert E. Howard se suicidó el 11 de junio de 1936, dejándolo desconcertado y profundamente apenado.

Sus últimas obras fueron incrementando en longitud y complejidad, lo que dificultaba la venta, que llevó a Lovecraft a trabajar de revisor para otros autores, de escritor fantasma, como en "The Mound," "Winged Death," y "El diario de Alonzo Typer", y también en poesía y otros estilos literarios.

Últimos años

En sus últimos años, su naturaleza enfermiza y la desnutrición fueron minando su salud. Su anormal sensibilidad a cualquier temperatura inferior a los 20º se agudizó hasta el punto de que se sentía realmente enfermo a tales temperaturas. Durante el último año de su vida, sus cartas estaban llenas de alusiones a sus malestares y dolencias. A finales de febrero de 1937, cuando contaba con cuarenta y seis años, ingresó en el hospital Jane Brown Memorial, de Providence. Allí murió a primeras horas de la mañana del 15 de marzo de 1937, de cáncer intestinal complicado con la denominada enfermedad de Bright. Aunque actualmente este término no suele utilizarse se refiere a una serie de enfermedades inflamatorias de los riñones. Es decir, parece ser que Lovecraft tuvo una complicación de su enfermedad tumoral intestinal con una grave insuficiencia renal que provocó su fallecimiento. El diagnóstico de su enfermedad tuvo lugar apenas un mes antes de su muerte.

"Yo Soy Providence"

Fue enterrado tres días después en el panteón de su abuelo Phillips en el cementerio de Swan Point; aunque su nombre está inscrito en la columna central, ninguna lápida señala su tumba. Muchos años después de su muerte, en la lápida que le erigió un grupo de aficionados puede leerse una línea tomada de una de sus miles de cartas que escribía a sus corresponsales: "Yo soy Providence". Ocasionalmente, en la lápida escriben otra frase, citada de La llamada de Cthulhu:

"That is not dead which can eternal lie,
And with strange aeons even death may die."
"No está muerto lo que puede yacer eternamente,
y con extraños eones incluso la muerte puede morir.".

Trasfondo del trabajo de Lovecraft

El nombre de Lovecraft es sinónimo de ficción de horror; sus escritos, particularmente los Mitos de Cthulhu, han influido a los autores de ficción a lo largo y ancho del mundo, y podemos encontrar elementos lovecraftianos en novelas, películas, música, cómics y dibujos animados. Por ejemplo, los villanos de Gotham City en Batman son encarcelados en el Asilo Arkham, en Arkham, una invención de Lovecraft. Muchos escritores modernos de terror, como Stephen King, Bentley Little, Joe R. Lansdale, por nombrar a unos pocos, han citado a Lovecraft como una de sus más importantes influencias.

Lovecraft fue un escritor relativamente desconocido en su propia época. Mientras que sus historias se habían hecho un lugar en publicaciones como Weird Tales, mucha gente no conocía su nombre. A pesar de ello, mantenía regularmente correspondencia con otros escritores contemporáneos, como Clark Ashton Smith y August Derleth, gente que se convirtió en buenos amigos suyos, incluso sin haberse nunca conocido en persona. Este nutrido grupo de escritores llegó a conocerse como el "Círculo de Lovecraft", ya que tomaban prestados elementos de las historias de Lovecraft - libros misteriosos con nombres inquietantes, panteones de dioses extraterrestres, como Cthulhu y Azathoth, y lugares como Miskatonic y Arkham - para usarlos en sus propias historias (con la bendición y ánimo de Lovecraft). Se ha sugerido que fueron los esfuerzos del Círculo de Lovecraft - particularmente August Derleth - los que evitaron que el nombre y las historias de Lovecraft desaparecieran completamente en la oscuridad.

Después de la muerte de Lovecraft, el Círculo de Lovecraft siguió contribuyendo a su leyenda. August Derleth fue, probablemente, el más prolífico de todos ellos, ya que amplió y extendió la visión de Lovecraft. Las contribuciones de Derleth han sido controvertidas, ya que mientras Lovecraft nunca consideró a su panteón de dioses extraterrestres más que como parte de la trama argumental, Derleth creó una cosmología completa, con una guerra entre Los Antiguos o Dioses arquetípicos, como Hypnos o Ulthar, y los Dioses Primigenios, como Cthulhu y Nyarlathotep. Además, asoció a los Dioses Primigenios a los cuatro elementos. Algunos fans de Lovecraft no han visto con buenos ojos dichas modificaciones, puesto que parecen contradecir la visión de Lovecraft de un universo desordenado y sin plan, donde los seres menos malevolentes simplemente no se interesaban en la humanidad. La pregunta que todo fan se hace es ¿Hubiera Lovecraft aprobado las extensiones de Derleth? Se dice que Lovecraft era muy comprensivo sobre esta clase de adiciones y modificaciones, por lo que probablemente hubiera dado el visto bueno a Derlerh, pero no lo hubiera adoptado para sus propias historias. Si había un Círculo de Lovecraft, entonces la versión de Derleth sería un añadido interesante, pero no formaría parte del Círculo.

El trabajo de Lovecraft ha sido agrupado en tres categorías por algunos críticos. Mientras que Lovecraft prefirió no referirse a estas categorías él mismo, sí escribió en alguna ocasión: "Existen mis piezas Edgar Allan Poe y mis piezas Dunsany -pero- ¿dónde están mis piezas Lovecraft?[4]

  • Historias macabras (c. 1905–1920)
  • Historias del Ciclo del Sueño (c. 1920–1927)
  • Los Mitos de Cthulhu / Lovecraft (c. 1925–1935)

Algunos críticos no ven la diferencia entre el Ciclo del Sueño y los Mitos de Cthulhu, frecuentemente señalando el recurrente Necronomicón y los subsiguientes dioses. Una explicación frecuentemente argüida es el que el Ciclo Del Sueño pertenece más a un género de fantasía en tanto que Los Mitos pertenece a la ciencia ficción.

Las pesadillas que sufría Lovecraft le sirvieron de inspiración directa para su trabajo, y es quizás una visión directa de su inconsciente y su simbolismo explica su continuo revuelo y popularidad. Todos estos intereses le llevaron a apreciar de manera especial el trabajo de Edgar Allan Poe, quien influyó fuertemente en sus primeras historias, de atmósfera macabra y ocultos miedos que acechan en la oscuridad. El descubrimiento de Lovecraft de las historias de Edward Plunkett, Lord Dunsany, llevó su literatura a un nuevo nivel, resultando en una serie de fantasías que tomaban lugar en la tierra de los sueños. Fue probablemente la influencia de Arthur Machen, con sus bien construidos cuentos sobre la supervivencia del antiguo mal y de sus creencias místicas en misterios ocultos que yacían detrás de la realidad que finalmente ayudaron a inspirar a Lovecraft a encontrarse a sí mismo a partir de 1923.

Otra inspiración provino de una fuente insospechada: los avances científicos en áreas como la biología, astronomía, geología y física, que reducían al ser humano a algo insignificante, impotente y condenado en un universo mecánico y materialista, un pequeñísimo punto en la vastedad infinita del cosmos. Estas ideas contribuyeron de forma decisiva a un movimiento llamado cosmicismo, y que le dieron a Lovecraft razones de peso para su ateísmo.

Esto lo llevó a un trono oscuro con la creación de lo que es hoy llamado comúnmente el Mito de Cthulhu, un panteón de deidades alienígenas extradimensionales y horrores que se alimentan de la humanidad y que tienen trazos de antiguos mitos y leyendas. El término Mito de Cthulhu fue acogido por el autor August Derleth después de la muerte de Lovecraft. El autor se refería a su mitología artificial como Yog-Sothothery.

Sus historias crearon uno de los elementos de mayor influencia en el género del horror: el Necronomicón, el escrito secreto del árabe Abdul Alhazred. El impacto y la fortaleza del concepto del mito ha llevado a algunos a concluir que Lovecraft basó su trabajo en mitos pre-existentes y en creencias ocultistas. Ediciones apócrifas del Necronomicón también han sido publicadas a través de los años.

Su prosa es anticuada, y frecuentemente usaba vocabulario arcaico u ortografía en desuso, así como adjetivos de extraño uso (gibosa, ciclópeo, atávico) e intentos de transcribir dialectos, que han sido calificados de imprecisos. Su trabajo, al ser Lovecraft un anglófilo, está plasmado de un inglés británico utilizando comúnmente escritura anacrónica.

Lovecraft fue un prolífico escritor de cartas. Durante su vida escribió miles de ellas, aunque no se conoce el número exacto. Una estimación de 100.000 parece ser acertada, como apunta L. Sprague de Camp. En algunas ocasiones las fechaba 200 años antes de la fecha en que habían sido escritas, lo que las databa en la época colonial americana, antes de la Revolución Americana que ofendía su Anglofilia. Explica que, según él, los siglos XVIII y XX habían sido los mejores; el primero siendo el siglo de nobleza y de gracia y el segundo de la ciencia, en tanto que el siglo XIX, en particular la era Victoriana habría sido un error.

Temas

En las historias de Lovecraft se repiten varios temas:

Conocimiento prohibido

En La llamada de Cthulhu, de 1926, Lovecraft escribió:

"No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas." (Howard Phillips Lovecraft, La llamada de Cthulhu)

Los protagonistas de las historias de Lovecraft siempre son conducidos a la "unión de esos disociados conocimientos", y también así comienzan muchas de sus historias. Cuando tal cosa ocurre, la mente del protagonista o investigador, por lo normal, queda destruida por la abismal enormidad de lo descubierto, al ser incapaz de asimiliar semejante conocimiento. Aquellos que se cruzan con manifestaciones "vivas" de lo incomprensible, se vuelven locos.

Aquellos personajes que intentan hacer uso de este conocimiento, están, invariablemente, condenados. Algunas veces su trabajo atrae la atención de seres malévolos; ocasionalmente, son aniquilados por monstruos de su creación.

Influencias extraterrenas en la humanidad

Cthulhu, una de las creaciones de Lovecraft.

Los seres de los Mitos de Lovecraft a menudo se sirven de humanos. Cthulhu, por ejemplo, es venerado bajo distintos nombres por diferentes cultos alrededor del mundo, como los esquimales de Groenlandia y los practicantes de Vudú de Louisiana [5] .

Los adoradores son usados por Lovecraft por motivos narrativos como ayuda en el hilo conductor de la historia. A veces intervienen de forma directa en la acción. La mayoría de los seres de Los Mitos son extremadamente poderosos como para ser derrotados por humanos, y su conocimiento directo significa, normalmente, que la víctima se vuelva loca. Cuando se llega a un acuerdo con ellos, Lovecraft necesita una forma de proveer una estructura dramática para construir el hilo tensor sin llevar la historia a un final prematuro. Los adoradores le ofrecen la forma de revelar información sobre sus "dioses" en pequeñas dosis, y haciendo posible para los protagonistas ganar batallas temporales. Lovecraft, como sus contemporáneos, imaginó "salvajes" cercanos a la Tierra, es decir, en el caso de Lovecraft, cercanos a Cthulhu.

Culpa atávica

Otro tema recurrente en las historias de Lovecraft es la idea de que los descendientes en una línea de sangre nunca pueden escapar de los crímenes cometidos por sus antepasados, si éstos han sido suficientemente atroces. Los descendientes pueden estar alejados en tiempo y en espacio (y, además, en culpabilidad) del acto en sí mismo, pero la sangre se lo revelará (Las ratas en las paredes, El horror oculto, Arthur Jermyn, El alquimista, La sombra sobre Innsmouth y El caso de Charles Dexter Ward).

Un ejemplo de crimen que Lovecraft considera suficientemente atroz para esta clase de consecuencias es el canibalismo (El grabado en la casa y Las ratas en las paredes).

Imposibilidad de escapar del Destino

A menudo, en las historias de Lovecraft, el protagonista es incapaz de controlar sus propias acciones, o encuentra imposible cambiar el curso de los acontecimientos. Muchos de estos personajes escaparían del peligro si simplemente corrieran en dirección opuesta, aunque esta posibilidad nunca surge o es de alguna forma sometida por una entidad externa, como en El color que cayó del cielo. Con frecuencia estos sujetos se encuentran bajo la influencia de algún ser malévolo u otros seres. Con la misma inevitabilidad que el destino del ancestro, huir o suicidarse no proporciona la completa seguridad de escapar (El ser en el umbral, El intruso, El caso de Charles Dexter Ward, etc.) En algunos casos, este destino se manifiesta para toda la humanidad, y no existe escape posible (La sombra del tiempo). En relatos como Los sueños en la Casa de la Bruja, la poética de Lovecraft apunta a la imposibilidad de triunfo de los saberes popular y científico (las leyendas y la ciencia) frente al horror de lo desconocido.

La civilización amenazada

Lovecraft juega a menudo con la idea de la civilización que lucha penosamente contra elementos bárbaros y primitivos. En algunas historias esta lucha es a nivel individual; la mayoría de sus protagonistas poseen una cultura y unos estudios elevados, pero se ven gradualmente corrompidos por una influencia maligna.

En estas historias, la "maldición" es normalmente hereditaria, o por cruzarse con seres no humanos (Hechos tocantes al difunto Arthur Jermyn y su familia en 1920, La sombra sobre Innsmouth en 1931) o a través de cierta influencia mágica (El caso de Charles Dexter Ward). La degradación física y mental aparecen de forma conjunta. El tema de la "sangre corrompida", podría representar la preocupación de Lovecraft respecto la historia de su familia, particularmente la muerte de su padre debido a lo que Lovecraft sospechaba que fue a causa de un desorden sifilítico.

En otras historias, una sociedad al completo es amenazada por la barbarie. A veces, dicho barbarismo es representado por una amenaza externa, con una civilización destruida por la guerra (Polaris). De vez en cuando, un pequeño grupo de gente cae en decadencia y surge espontáneamente un atavismo (El horror oculto). Mucho más frecuentemente, tales historias involucran a una cultura civilizada que es gradualmente socavada por una clase baja marginal, sin educación ni derechos, que se halla influenciada por fuerzas inhumanas.

Racismo

Un componente común y dramático en el trabajo de Lovecraft es asociar la virtud, el intelecto, una clase elevada, civilización, y racionalidad a la etnia anglosajona blanca, que a menudo contrapuso con el corrupto, intelectualmente inferior, incivilizado e irracional, que asoció con gente de clase baja, racialmente impura, y/o no de raza europea, de piel oscura, que frecuentemente eran los villanos en sus historias.

Algunas de sus opiniones racistas más cruentas pueden localizarse en su poesía, particularmente en On the creation of Niggers y New England Fallen (ambas de 1912). En On the creation of Niggers, Lovecraft plasma de una forma muy cruda sus prejuicios, caracterizando explícitamente a la gente negra como sub-humanos:

Idioma original Traducción
When, long ago, the gods created Earth;

In Jove's fair image Man was shaped at birth.
The beasts for lesser parts were designed;
Yet were too remote from humankind.
To fill the gap, and join the rest of Man,
Th'Olympian host conceiv'd a clever plan.
A beast they wrought, in semi-human figure,

Filled it with vice, and called the thing a Nigger.
Cuando tiempo atrás, los dioses crearon la Tierra;

A imagen y semejanza de Júpiter al incipiente Hombre moldeaban.
Para tareas menores las bestias fueron creadas;
Aunque de la especie humana muy alejadas estaban.
Para llenar el vacio y unirlas al resto de la Humanidad,
Los anfitriones del Olimpo ingeniaron un astuto plan.
Una bestia forjarían, una figura semihumana,

Colmada de vicios, y "negro", fue llamada.

En “La llamada de Cthulhu”, Lovecraft describe a un grupo mestizo de adoradores de Cthulhu:

Examinados en el cuartel de la policía, luego de un viaje agotador, los prisioneros resultaron ser mestizos de muy baja ralea, y mentalmente débiles. Eran en su mayor parte marineros, y había algunos negros y mulatos, procedentes casi todos de las islas de Cabo Verde, que daban un cierto matiz vudú a aquel culto heterogéneo. Pero no se necesitaron muchas preguntas para comprobar que se trataba de algo más antiguo y profundo que un fetichismo africano. Aunque degradados e ignorantes, los prisioneros se mantuvieron fieles, con sorprendente consistencia, a la idea central de su aborrecible culto..

Lovecraft también expresó en alguna ocasión creencias racistas y etnocéntricas en su cartas personales[6] En una carta fechada el 23 de enero de 1920, Lovecraft escribió:

Para el hombre evolucionado -- la cumbre del perfeccionamiento orgánico en la Tierra -- ¿Qué rama del pensamiento se ajusta mejor que aquella que conquista las más altas y exclusivas facultades humanas? El salvaje primitivo, o simio, simplemente rebusca en la selva para encontrar una compañera; ¡el ario eminente debe elevar sus ojos a los mundos de más allá y considerar su relación con el infinito!

En Herbert West: Reanimador, Lovecraft describe a un varón africano que acaba de fallecer:

Era un ser repugnante, con pinta de gorila, unos brazos anormalmente largos que me parecían de manera inevitable patas anteriores, y una cara que irremediablemente hacía pensar en los secretos insondables del Congo y las llamadas de tam-tam bajo una luna misteriosa. El cuerpo debió tener peor aspecto en vida, pero el mundo contiene mucha fealdad.[7]

En El Horror en Red Hook, un personaje es descrito como "un Árabe con una odiosa boca negroide".[8] En la obra El lazo de Medusa, escrito para Zealia Bishop, la sorpresa final de la historia -- después de revelar que el villano de la historia es una medusa vampírica – es que ella

era débil, y sutilmente, aún a los ojos del genio, el vástago indiscutible de los primeros pobladores de Zimbawbe. No es de extrañar que tuviera un lazo con la anciana bruja Sophonisba... ya que, en una diluida proporción, Marceline era negra."[9]

En El caso de Charles Dexter Ward, se presenta de forma condescendiente a una pareja africana:

Conocía a la familia negra que habitaba la casa y fue cortésmente invitado a visitar el interior por el viejo Asa y su fornida esposa, Hannah.

En contraste con el propietario, al parecer extranjero::

"...un hombre de facciones ratoniles y acento gutural..."

Los narradores en La calle, Herbert West: Reanimador, El, La llamada de Cthulhu, La sombra sobre Innsmouth, El Horror en Red Hook, y en muchos otras historias, expresan sentimientos que podrían ser considerados hostiles hacia los judíos. Se casó con una mujer ucraniana de ancestros judíos, Sonia Greene, quien más tarde comentó que tenía que recordarle constantemente sus raíces cuando realizaba algún comentario antisemita. "Siempre que nos encontrábamos en las calles de Nueva York, abarrotadas de personas de distintas nacionalidades y credos", escribió Greene después de su divorcio, "Howard venía lívido de la rabia. Parecía que iba a perder la cabeza".[10]

Hasta cierto punto, las ideas de Lovecraft referentes a la raza reflejaban actitudes comunes en esa época, y particularmente las leyes de segregación racial se hacían cumplir en la mayor parte del territorio estadounidense, y muchos estados promulgaban leyes eugenésicas y prohibiciones en contra del mestizaje, que también eran comunes en áreas no católicas en Europa. Un movimiento popular durante la década de 1920, dio como resultado en una drástica restricción en la inmigración hacia los Estados Unidos, culminando en la Ley de Inmigración de 1924, que ponía de manifiesto testimonios de expertos ante el Congreso de Estados Unidos sobre la amenaza hacia la sociedad americana en la asimilación de “personas de baja cultura” del este y del sur de Europa.

Lovecraft era un Anglófilo confeso, y sostenía que la cultura inglesa era el pináculo comparativo de la civilización, y consideraba a los descendientes de los primeros ingleses en América como una rama de segunda clase, y todos los demás, por debajo de ellos (por ejemplo, su poema An American to Mother England (en inglés)"). Su amor por la historia y la cultura inglesa se ve a menudo reflejada en su trabajo (como la nostalgia del Rey Kuranes por Inglaterra en La búsqueda onírica de la desconocida Kadath).

Las ideas de Lovecraft sobre la eugenesia se extendían a menudo sobre sus personajes de raza blanca. Mostró una mayor simpatía por la raza caucásica y los grupos culturales europeos. El narrador de Aire fresco habla de forma despectiva sobre los pobres hispanos de su vecindario, pero respeta al rico y aristócrata Dr. Muñoz, por sus orígenes celtíberos, y porque es "un hombre de cuna, culto y de buen gusto". Los descendientes degenerados de los inmigrantes holandeses en las Montañas Catskill, "quienes corresponden exactamente con la basura blanca en el sur" (Más allá del muro del sueño, 1919, son elementos comunes. En El Templo, el narrador es una persona en extremo desagradable: un capitán de un U-Boot de la Primera Guerra Mundial cuya fe en su "inquebrantable voluntad germánica" y la superioridad de su patria lo llevan a ametrallar a los supervivientes que se encontraban en botes salvavidas , más tarde, asesina a su propia tripulación, mientras lo ciega la maldición que ha atraído sobre él. De hecho, de acuerdo con Lovecraft: Una biografía, por L. Sprague de Camp, Lovecraft estaba horrizado por los informes de violencia antisemita en Alemania (antes de la Segunda Guerra Mundial, que Lovecraft no viviría para verla), sugiriendo que Lovecraft se oponía a la exterminación de aquellos que consideraba "inferiores".

El racismo de Lovecraft ha sido un foco continuado de interés académico e interpretativo. S. T. Joshi, uno de los primeros eruditos en Lovecraft, observa que "no hay ninguna negación del racismo en Lovecraft, ni puede ser interpretada simplemente como "típico de su época", ya que parece que Lovecraft expresó sus opiniones más pronunciadamente (aunque generalmente no para su publicación) que muchos otros contemporáneos. Es también absurdo negar que el racismo entra en su ficción". [2] en su libro "H.P. Lovecraft: Contra el mundo, contra la vida". Michel Houellebecq defiende que "el odio racial" proporcionaba la fuerza y la inspiración emocional para muchas de las mejores obras de Lovecraft.

El antagonismo racista de Lovecraft es un corolario de su noción nihilistica del determinismo biológico: En las montañas de la locura, donde los exploradores descubren evidencias de una raza totalmente extraterrestre (Antiguos) quienes crearon seres humanos mediante bioingeniería, pero fueron destruidos eventualmente por sus brutales esclavos, los shoggoth. Incluso después de que varios miembros de la expedición mueran a manos de los Antiguos y los Shoggoth, se aprecia cierta simpatía por parte del narrador hacia estos seres:

¡Pobre Lake, pobre Gedney... y pobres Primordiales! Científicos hasta el final. ¿Qué hicieron ellos que no hubiéramos hecho nosotros en su lugar? ¡Santo Dios, qué inteligencia y qué tenacidad! ¡Qué manera de enfrentarse con lo increíble, igual que aquellos parientes y antepasados suyos que se habían enfrentado también con cosas casi igualmente extrañas! Animales radiados, plantas, monstruos, semilla de estrellas, no sé qué habían sido, pero ahora eran hombres.

Estas líneas del pensamiento en la visión del mundo de Lovecraft - racismo y una romántica defensa reaccionaria del orden cultural frente a la degeneración del mundo moderno - han conducido a algunos estudiosos a establecer una afinidad especial con el aristocráta, antimodernista y tradicionalista Julius Evola:

Ciertamente, "La búsqueda onírica de la desconocida Kadath", con su grandiosa representación de su ciudad, Onyx, irradia el fresco y elegante espíritu de la Tradición, que entra en contraposición a la que en muchas historias es el pozo de la decadencia, Innsmouth, cuya endogámica población es compuesta en parte por los vástagos de la concepción contranatura de lujuriosos marineros con monstruos marinos; la fuerza negativa de la Tradición. La eterna lucha entre la titánica fuerza de la luz y las telúricas fuerzas del caos, es reflejada en su trabajo y en su racismo"[11]

Las mujeres

Las mujeres en la obra de Lovecraft son raras, y no son ni compasivas ni comprensivas ni amables. Los pocos personajes femeninos en sus historias, - como Asenath White (si bien de hecho era un perverso hechicero que se había apoderado del cuerpo de una inocente chica) en El ser en el umbral y Lavinia Whateley en El horror de Dunwich - son, de forma invariable, sirvientas de las fuerzas del mal. El romance se encuentra casi ausente de sus historias; cuando aparece el amor, es normalmente de forma platónica (El árbol). Sus personajes viven en un mundo donde la sexualidad tiene connotaciones negativas - si es reproductiva, suele dar nacimientos de seres sub-humanos El horror de Dunwich -. En este contexto, puede ser de ayuda prestar atención a la escala del horror de Lovecraft, que es frecuentemente descrito por "horror cósmico". Operando a escalas cósmicas, tal y como operan estas historias, asignan a la humanidad un rol insignificante, por lo que no es a la sexualidad femenina lo que estos relatos niegan su rol positivo y vital, es a la sexualidad humana en general.

Además, Lovecraft sostiene en una carta privada (enviada a una de sus muchas amigas intelectuales) que la discriminación en contra de la mujer es una superstición oriental, de la cual los arios deberían liberarse. Dejando el racismo aparte, la carta parece excluir una misoginia consciente, como de hecho, parece estar descartada de su vida privada.

Riesgos de la ciencia

Al llegar el siglo XX, la dependencia y confianza del ser humano respecto la ciencia fue aumentando significativamente, abriendo nuevos mundos y proporcionando herramientas mediante las cuales se puede comprender mucho mejor el mundo en el que se vive. Lovecraft aprovechaba huecos, lagunas en el conocimiento del universo y las convertía en tenebrosas ciénagas del horror. En la obra El color allende del espacio, se pone de manifiesto la incapacidad de la ciencia para comprender un meteorito, lo que lleva a un paroxismo demencial.

En una carta dirigida a James F. Morton en 1923, Lovecraft define la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein como un lanzamiento del mundo al caos y haciendo del cosmos una broma. En otra carta, escrita en 1929 y dirigida a Harris Woodburn, Lovecraft especula con la comodidad que proporciona la ciencia y el riesgo que supondría que se colapsara. Es más, en una época donde el ser humano veía la ciencia como algo tremendamente poderoso e ilimitado, Lovecraft se dio cuenta de su potencial alternativo y sus tenebrosos resultados.

Obra, filmografía y adaptaciones


Influencia

A partir de los años 60, la obra de Lovecraft, aparte de gozar de adaptaciones más o menos fidedignas al cómic, inspiraría obras originales. Es el caso de Lone Sloane (1966) de la que su autor, Philippe Druillet, diría

es muy lovecraftiano, excepto en que los protagonistas humanos de Lovecraft son siempre vencidos mientras que Lone Sloane sale siempre bien librado. Aparentemente es pasivo, pero es él quien en realidad conduce el juego.[12]

Otras muchas obras, como Tales Of Peter Hypnos (1975-76) de Josep María Beà, también se muestran deudoras de la obra del escritor de Providence.[13]

Véase también

Referencias

  1. Reseña del Círculo de Lovecraft en la revista virtual "Quinta Dimensión"
  2. Esta situación tiene un paralelismo muy cercano con la obra semiautobiográfica "Él", como mostró Michel Houellebecq en H. P. Lovecraft: Contra el mundo, contra la vida
  3. H. P. Lovecraft: Contra el mundo, contra la vida, Michel Houellebecq
  4. Carta a Elizabeth Toldridge, 8 de marzo de 1929, citado en Lovecraft: A Look Behind the Cthulhu Mythos
  5. H.P. Lovecraft, La llamada de Cthulhu , p. 35-36.
  6. Consultar la carta a J. Vernon Shea, 25 de septiembre de 1933, Nº. 648, Selected Letters IV, Arkham House.
  7. H. P. Lovecraft, Herbert West, Reanimator, Dagon y otras historias macabras, p. 146.
  8. H. P. Lovecraft, El Horror en Red Hook, Dagon y otras historias macabras, p. 258.
  9. "El lazo de Medusa", Zealia Bishop y H. P. Lovecraft, El museo de los horrores, editorial EDAF, p 323.
  10. Quoted in Lovecraft, Carter, p. 45.
  11. H. P. Lovecraft - Man and Myth | Martin Schwarz
  12. Philippe Druillet en entrevista con Claude Moliterni para el número trece de la revista "Phénix". Traducción de un extracto de la misma por Antoni Segarra para el número 3 de Totem, Editorial Nueva Frontera, S. A., Madrid, 1977, p. 8.
  13. "Josep María Beà, libador neuronal", entrevista al autor realizada por el Señor Ausente, en Mondo Brutto nº 39, mayo 2008, pp. 85 a 86.

Bibliografía

  • Lovecraft, H. P., En las montañas de la locura, traducción de Francisco Torres Oliver; Colección El Club Diógenes / CD-216. Madrid: Valdemar, 2008. ISBN 978-84-7702-618-1
  • –, Narrativa completa. Dos volúmenes. Colección Gótica. Madrid: Valdemar, 2005 [2006]/ 2007:
  1. Volumen I, edición de Juan Antonio Molina Foix. Traducción de Juan Antonio Molina Foix, Francisco Torres Oliver y José María Nebreda. Colección Gótica 62. Madrid: Valdemar, 2005 [2ª edición 2006]. ISBN 978-84-7702-529-0
  2. Volumen II, edición de Juan Antonio Molina Foix. Traducción de Francisco Torres Oliver y Juan Antonio Molina Foix. Colección Gótica 63. Madrid: Valdemar, 2007. ISBN 978-84-7702-587-0
  • –, y otros, Cuentos de los Mitos de Cthulhu. Dos volúmenes. Colección: El Club Diógenes. Madrid: Valdemar, 2007:
  1. Cuentos de los Mitos de Cthulhu 1. Los orígenes, traducción de Francisco Torres Oliver; Colección: El Club Diógenes / CD-249. Madrid: Valdemar, 2007. ISBN 978-84-7702-574-0
  2. Cuentos de los Mitos de Cthulhu 2. El legado, traducción de Francisco Torres Oliver; Colección: El Club Diógenes / CD-250. Madrid: Valdemar, 2007. ISBN 978-84-7702-575-7
  • –, y otros, Nuevos cuentos de los mitos de Cthulhu, traducción de José Luis Moreno Ruiz; Colección Gótica. Madrid: Valdemar, 2003. ISBN 978-84-7702-437-8
  • –, El caso de Charles Dexter Ward, traducción de Francisco Torres Oliver; Colección El Club Diógenes. Madrid: Valdemar, 2002. ISBN 978-84-7702-409-5
  • –, y otros, Cthulhu. Una celebración de los mitos, traducción de Francisco Torres Oliver; Colección Gótica. Madrid: Valdemar, 2001. ISBN 978-84-7702-356-2
  • –, Hongos de Yuggoth y otros poemas fantásticos, traducción de Juan Antonio Santos & Sonia Tribaldos; Colección El Club Diógenes. Madrid: Valdemar, 1994. ISBN 978-84-7702-110-0
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